Origen de los títeres
El 6 de enero de 1923, festividad de los Reyes Magos, Hermenegildo Lanz participó como escenógrafo, escultor y titiritero del tinglado construido para la fiesta privada montada en casa de los García Lorca por Federico y Adolfo Salazar, y dedicada a dos niñas de la familia, Isabel García Lorca y Laura, hija de Fernando de los Ríos.
En el programa dentro de las piezas que se representaron había un entremés atribuido a Cervantes; el Auto de los Reyes Magos, con transcripciones musicales de Falla, sentado al piano; y una adaptación ‘lorquiana’ para títeres de cachiporra del cuento andaluz “La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón”.
Además de la satisfacción infantil, el pequeño espectáculo vino a remediar el proyectado viaje titiritero a las Alpujarras Granadinas, que se había frustrado el otoño anterior por la decisión de Lorca de terminar su carrera de Derecho.
Tras el éxito de la experiencia, Falla le encargó a Lanz la construcción de los títeres de la proyectada representación en París de El retablo de Maese Pedro, que efectivamente ocurrió en el palacete de la princesa Edmond de Polignac el 25 de junio de 1923; los decorados y figurines fueron obra de Manuel Ángeles Ortiz y de Lanz, que además talló las marionetas y las figuras planas.
Esta historia esconde algo más que un simple representación infantil, ya que según expertos en la materia como Yanisbel Martínez, Ismael Ramos o el propio Enrique Lanz (nieto de Hermenegildo) supuso realmente uno de los gérmenes del arte del títere, que tiene una de sus cunas en Granada, de la mano de tres grandes maestros como fueron: Lanz, Lorca y Falla. Por eso cuando hoy hablamos de títeres hay que hablar de Granada y de sus compañías teatrales tales como la Compañía Etcétera, que han sembrado los mimbres para celebrar cada año el Festival Internacional de Teatro con Títeres, Objetos y Visual que se da cita en el granadino Teatro Alhambra, todo ello organizado por Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía.
Proyecto
Innovación educativa
El Centenario de los Títeres de Cachiporra (1923/2023) es un proyecto de innovación educativa que se viene desarrollando desde el curso 2020/21. Participa el alumnado y el profesorado de los siguientes centros educativos:
- IES Politécnico Hermenegildo Lanz de Granada
- CEIP Juan Pablo I de Valderrubio (Granada)
- CPM Antonio Lorenzo de Motril (Granada)
Se trata de un proyecto colaborativo, donde el alumnado de los diferentes centros participantes, así como el resto de miembros de la comunidad educativa, han realizado un trabajo de: recopilación, investigación, construcción y puesta en escena, que tiene como objetivo final poner en valor el peso social y cultural de estas tres figuras que convivieron y coincidieron en el primer tercio del Siglo XX. Los actos de conmemoración y preparación del centenario, no se han entendido como una simple representación de lo acontecido hace 100 años, se trata de ir más allá intentando innovar para adaptar la obra a los ojos de estos nuevos años veinte, y desde el prisma de la infancia y juventud.
Actos conmemorativos
El 31 de mayo se celebró un acto conmemorativo en el Centro Federico García Lorca, que incluyó pasacalles, representaciones musicales y teatrales de obras de, entre otros, Lorca y Manuel de Falla.
El CEIP Juan Pablo I ha coordinado todo lo relativo a la parte más lorquiana creando tanto la escenografía como los elementos que se incluyen en el pasacalle.
El IES Politécnico Hermenegildo Lanz se ha ocupado de la elaboración y construcción de la escenografía del teatro y, del diseño y construcción de los títeres. Esto último en el marco de un proyecto de interprofesionalidad junto al Centro de Referencia Nacional de Artesanía, Centro Albayzín.
El CPM Antonio Lorenzo ha trabajado la parte musical tomando como referencia la música de Falla. En este concierto tendrá lugar el estreno absoluto de la obra Las cruces de mayo escrita para Orquesta y compuesta por Rafael Ballesteros